lunes, 28 de mayo de 2012

Merlano somos todos...

Es difícil de explicar. Ver la marejada de indignación que despertó el caso del senador Merlano, ese señor que espetó el famoso ¿"acaso usted no sabe quién soy yo?" a un grupo de agentes de Policía en un retén, apelando a su condición de HP (honorable parlamentario) y de una cantidad de votantes que, claramente por efectos del alcohol, infló para intimidar mejor a la autoridad, termina por dejar en claro que, en definitiva, Merlano somos todos y cada uno de los colombianos. 
Tan colombiano como la arepa, el aguardiente, la lechona, el mote de queso, el sancocho y el tamal en todas sus variedades, es esa actitud de querer ser 'mas vivo' y lograr rutas más expeditas a las legalmente establecidas. 
O, ¿acaso usted no ha usado sus influencias y 'contactos', por pequeños y sencillos que estos sean, para obtener algún beneficio extra o trato especial? Haga memoria. El exnovio de una amiga que trabaja en un restaurante y lo deja entrar sin reserva y le consigue mesa; el familiar o amigo médico al que siempre acude cuando requiere de una atención personalizada, saltándose las citas de otros pacientes; el 'contacto' que trabaja en una entidad pública y siempre le ha ayudado a saltarse el debido proceso, "porque ese man sí sabe cómo es la vuelta". 
Todos y cada uno de nosotros hemos vivido estas y ciento de situaciones similares. Es más, 'enseñadas' por nuestros padres o abuelos: "mijo, yo hablo con el vecino, que trabaja en la alcaldía, para que le saquen ese permiso más rápido" - "Eso hablemos con estelita, mi amiga dueña del jardín infantil, para que le reciban ya mismo a la niña sin tanto papeleo". 
Caricatura de Matador publicada en EL TIEMPO el 23 de mayo de 2012
Así es, somos una cultura 'Merlaniana'. Un país amante de lo fácil, lo expedito, que disfruta tanto los goles de la selección Colombia, como el logro de haberse ahorrado dinero y tiempo buscándole el quiebre al establecimiento. 
Tranquilo. Tranquila. No lo estoy comparando por nivel de corrupción, sino por estado consciente de su 'Merlanidez'. Con seguridad usted no será capaz de robar, cobrar una vida o dejar a toda una ciudad capital sin desarrollo socioeconómico por su 'Merlanidez'. Digamos que esos son 'Merlanos Nivel 10 cinturón negro, tercer dan'. Sumercé y yo somos 'Merlanos Basic Edition'. 
Claramente, el llamado 'sistema' alimenta esto. La corrupción rampante, la injusticia y la pereza, hace que quien no tenga 'amigos', no obtenga respuestas y soluciones a sus problemas cotidianos. ¿Esta cultura Merlaniana nos obliga a ser así? No sé, es complicado aceptar dicho precepto. 
Como siempre, opinar está completamente permitido y será respetado. Gracias por leer y me desconecto, pues debo llamar a un 'contacto' que tengo en mi operador para que me arregle un problema con mi factura.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Día mundial de Internet... recuerdo que...

En 1997 comencé a trabajar y fue en una empresa de Internet. Estaba estudiando aún y un gran amigo mio, José Alejandro Gónzález (hoy en revista Dinero), a quien por cosas del destino en esos años seguí sus pasos en su ruta laboral, me llevó a una empresa, pequeña, pero del 'Grupo Santodomingo', que incursionaba en algo llamado Internet, con algo todavía más complicado de entender: "El primer portal de noticias en línea de Colombia: LatinoNet (foto)".
Así es, a un puñado de locos de la época, o visionarios según se mire, se les ocurrió crear un portal de noticias colombianas en Internet, con todos los juguetes, en un país en donde la penetración de Internet y computadores era de reírse.
Allí funcionábamos como medio de comunicación: teníamos un jefe de redacción (Javier Bojacá, hoy en Caracol TV) y periodistas por fuente o sección (allí la vida me cruzó con el gran José Ángel Báez, hoy en Semana). Yo me encargaba de salud, ciencia, tecnología y a veces de cultura.

Así era LatinoNet en 1997. Fue mi primer trabajo, preciso en Internet... de ahí viene el raye con lo digital.

Además del ejercicio periodístico normal de buscar fuentes, contrastar, escribir, etc., nos tocaba editar nuestras propias plantillas, cosa que se lograba exclusivamente a través de código HTML. Así es, si queríamos cambiarle el tamaño a un título, o ponerle color a un intertítulo, meter una foto con un tamaño y ubicación específicos dentro del texto, la única manera de hacerlo era modificando el código fuente de la página.
Claro, desarrollamos un ojo de águila para identificar las líneas del código, cuál era cuál, los códigos de los colores, puntajes de textos y elementos, etc. La relación con "los de sistemas" era muy cercana. Recuerdo con especial emoción cuando "el paisa" (eran dos, locos ambos) hizo un videochat con un amigo en puerto rico. Imagen pésima, sonido inentendible, pero todo un milagro en 1997.
Recuerdo también que ver multimedia en línea era una pesadilla y que el Comic Chat era la locura, una forma divertida para entrar a husmear en las salas de IRC estilo "Solteras bogotanas" y cosas así.
En estos días de celebración del día mundial de Internet, no me queda más que recordar con nostalgia esa época tan bonita y enriquecedora de mi vida. Gracias a Dios, y muchos de ustedes también lo pueden decir, he sido testigo de la llegada, evolución, tropiezos y consolidación de Internet en Colombia y el mundo, un cambio del que muchos siglos después se escribirán tratados, libros de historia y análisis, como el momento en que nuestra humanidad cambió para siempre.