miércoles, 16 de febrero de 2011

¿Existen los expertos en social media?

Antes que nada advierto: si cree que va a encontrar en este post burlas o ataques contra alguien puntualmente, siento desanimarlo. Tampoco espero que halle argumentos para hacerlo. Por eso omitiré, por primera vez en un post, los enlaces, para evitar suspicacias.

Realmente no me interesa polemizar de manera negativa, aunque por lo general mis opiniones son directas, frías y sin adornos, partiendo siempre del respeto por el pensamiento de los demás. Por ello, lo primero que debo decir es que me gustaría que existieran los expertos en redes sociales o social media. Lastimosamente no es así.

A diferencia de una ciencia de la salud, la ingeniería o de un oficio manual (pilotar un avión, por ejemplo), en donde existen teorías base, conocimiento secuencial producto de la experimentación, en el caso de las redes sociales no existe tal desarrollo evolutivo. Por ende, no se puede hablar de 'gente experta' en sentido estricto.

En un ecosistema en el que el insumo principal es la condición humana (válgame Dios!), enmarcada en herramientas variadas y cambiantes, con características como la inestabilidad y la arritmia para evolucionar y sostenerse, no pueden existir expertos.

Para calificarse como 'experto en algo' se requiere, entre otras cosas, de la habilidad para prever y pronosticar la solución y/o respuesta a una problemática o reto. Y esto, en el caso de las redes sociales, es virtualmente imposible lograrlo.

¿O acaso alguno de los que 'experimentamos' con esto del social media puede garantizar el resultado de alguna estrategia o campaña? No. Acá estamos frente a un torbellino en el que soltamos una cometa... a veces vuela, se sostiene. Otras (muchas) se va a pique, pese a que la construyamos igualito que el vecino exitoso.

Y eso es parte de lo emocionante de esta revolución. Estoy seguro que seremos la burla de nuestros nietos. Así como hoy nos reímos de la anécdota del tatarabuelo que usó el teléfono por primera vez y fue hasta la casa de su receptor para confirmar que haya recibido el mensaje, nuestra descendencia verá con mofa muchas de las cosas que hoy nos parecen normales en el uso y aplicación que le estamos dando a las redes sociales.

Insisto, este post no se trata de burlarse de nadie. Cuando me topo con personajes que se autoproclaman como 'expertos' o 'estrategas' en estas lides del 2.0, no me producen molestia, ni burla (bueno, a veces trino chistecitos al respecto). Hacen parte de mi observación diaria de este fenómeno. Igual entiendo y respeto que todos tenemos necesidad de ganarnos la vida. Es más, confieso que gracias a algunos de estos 'artistas', he tenido oportunidades de negocio al mejor estilo de 'lavabaños 2.0' que llega a limpiar sus gracias.

En nuestros días, los que consideramos 'expertos' son aquellos que han tenido un interesante golpe de suerte: el que administró la campaña de un presidente en redes sociales; el que se volvió personaje gracias a un viral; aquel que logró enfrentarse a una gran corporación a través de social media; otro que se tropezó con un modelo óptimo de negocio que el resto de la comunidad adoptó como propio, y uno más por ahí que tiene estilo para administrar a los seguidores de una marca cualquiera, etc. Hasta ahí.

Chispazos. Interesantes de analizar, pero sólo eso... momentos fugaces.

Por lo pronto, lo que queda es correr al lado de la puerta de este tren sin desfallecer. Nada es fijo. Ayer era 'cool' inventarse personajes para viralizar marcas y productos, creando cuentas de apoyo para dinamizar. Hoy crucifican al tipo que dijo que iba a regalar su casa, por la evidente farsa detrás. Hace seis meses, yo hubiese comprado esa idea.

Ayer tener un canal de Twitter o una página en FB con miles de followers y fans, y ojalá con una aplicación o juego, era el objetivo. Hoy, el nivel de 'influencia' es lo que manda. ¿Cómo se mide eso?... sigamos experimentando.

Tratar de estar un paso adelante, atento de las tendencias, experimentándolas, podría ser un ejercicio recomendable. Claramente, tener un sentido fuerte del desprendimiento y actitud de aprendizaje, son las mejores armas.

Y lo repito en serio: ojalá existieran los expertos en social media para aprender de ellos...

viernes, 4 de febrero de 2011

Un transexual en la portada de una revista para hombres

Un corto post para comentar un tema que con seguridad será comidilla de muchos por estos días: el desnudo en Soho de un conocido transgenerista, Endry Cardeño, conocido popularmente como Laisa por su papel en la novela Los Reyes, de gran fama y renombre (virtud que desde hace rato perdieron esos productos de la TV nacional).

Claramente el caso no se trata de atacar o no a la comunidad homosexual. El activismo de esta porción de la población ha permitido hacerse un espacio en una sociedad como la nuestra, logrando cosas como, por ejemplo, la igualdad de derechos civiles y patrimoniales, algo que en mi opinión personal era justo. No obstante, creo que faltan muchas generaciones para que exista un consenso de aceptación generalizada de la diversidad sexual en Colombia, que nos acerque a otros países más tolerantes.

Ahora, que una revista descrita a sí misma como 'Sólo para Hombres' (de ahí su nombre) decida con un alto grado de irreverencia darle la portada a un transgenerista, creo que no es una jugada del todo inteligente y mucho menos leal con su audiencia.

Si el interés de los propietarios y directivas de la revista es 'hacer ruido', con seguridad lo van a lograr. Es decir, si la fácil era poner a la marca Soho a retumbar acá en Colombia y todo el mudo, claramente lo lograrán.

Confieso que soy admirador de Soho. Su esmero inicial por incluir siempre grandes 'plumas' del periodismo, sumado al de incubar a otro tanto de talentos jóvenes del periodismo y la literatura, me hicieron asiduo a sus contenidos. Claro, la belleza y la piel femenina que tanto abundan también me amalgamaron a sus páginas gráficas, las cuales son ese maridaje perfecto para las buenas crónicas, reportajes y humor del producto.

En suma, es una gran revista para hombres. O lo era. Si yo, como carnívoro consumado, hago el esfuerzo de entrar a un buen restaurante de la categoría, para pedir un gran y jugoso trozo de punta de anca argentina o uruguaya término medio, lo menos que espero es que el mesero me traiga un helado de fresa.

Pago por algo que quiero, atado a mi condición y mis gustos. Y eso quiero recibir. Respeto a la comunidad gay, transgenerista. Comprendo su lucha. Pero también exijo respeto a mi condición. Si mi intención fuera deleitarme con travestis desnudos, con seguridad no me suscribo a Soho sino a otro tipo de producto apropiado.

Ojo, el tema tampoco es de libertad de expresión. Yo he sido defensor de Soho y sus 'locuras'. Estuve en la marcha de apoyo cuando el caso de la portada de la Azcárate y su parodia de la crucifixión; apoyé la iniciativa de tener a Yidis Medina 'al desnudo' como parte de revelar una cara distinta de este personaje vapuleado por 'amigos' y enemigos.

Pero en este caso, del transexual, siento que los de Soho prefirieron romper el trato con sus leales fans para lograr el objetivo del escándalo a costa de lo que sea.

Todo esto, lastimosamente, puede ser muestra de la fatiga del estilo del producto. Yo confío en que los profesionales detrás de la revista encontrarán mejores formas de evolucionar a Soho. Ojalá que esto del transexual en la portada (contra quien no tengo nada, de hecho me pareció un buen actor en su papel en los Reyes), se convierta en historia pronto y les permita ver que nunca se debe deshonrar el compromiso y lealtad de un medio con su audiencia, máxime cuando es tan vertical y perfilado como una revista masculina.

La idea es debatir con respeto. Argumentos y opiniones, serán muy bien recibidos.