sábado, 4 de enero de 2014

2002: mi primer CES, un cuento prehistórico


El 7 de enero del 2002, hace 12 años, viajé a Las Vegas invitado por Hewlett-Packard a mi primer Consumer Electronic Show (CES). Tal vez el viaje mas congestionado de toda mi vida. ¿La razón? Hacía poco menos de cuatro meses habían volado las Torres Gemelas en ese país. El ambiente de paranoia que se vivía en los aeropuertos era indescriptible. La recomendación era llegar seis horas antes de la salida del vuelo. El primero de enero de ese año estrenaron el sistema 'US Visit', que capta las huellas dactilares y la foto del viajero, una maniobra que apenas aprendían los agentes de inmigración.
Al bajarme del avión, en Houston, mi puerto de entrada, la fila arrancaba en el túnel de salida. Creo que fueron unas cinco horas de eterna cola en inmigración.
Bien, una vez en Las Vegas, y tras superar la fascinación de un primerizo en la ciudad de las luces y el pecado, me dispuse a realmente sorprenderme con la monstruosa feria: 100.000 visitantes y 1.900 expositores.
Tanta gente y tantos juguetes de tecnología juntos impresionan a cualquiera. La feria estuvo dominada por muchos dispositivos para redes inalámbricas, 802.11a principalmente, el mega estándar del momento. Recuerdo haber visto tarjetas PCMCIA WiFi para portátil, con su antenita, con gran fascinación.
Intel presentó modelos de portátiles con procesadores Pentium 4 corriendo a 2,2 GHz, algo que me pareció fabuloso. En esa época la velocidad de reloj del procesador era lo más importante de un PC y la pelea con los Athlon XP de AMD estaba buenísima.
La gente hacía fila para observar los primeros teléfonos inalámbricos de 5,8 GHz y unos bichos rarísimos llamados Companion, que eran unas pantallas con teclado completo para enviar y recibir correos electrónicos. Nada mas.
También había revuelo por las primeras tarjetas Compact Flash de 1 GB de capacidad, que costaban menos de 800 dólares!! (la cámara que llevo al CES 2014 tiene una tarjeta Micro SD de 64GB).
Las partes para PC eran protagonistas. Parlantes, los primeros monitores LCD, ratones y teclados de diversas formas, botones y funciones colmaban los stands de la época.
Frente a un plasma de 61 pulgadas, de resolución HD, me quedé perplejo. Y mas al saber el precio sugerido: 25.000 dólares. "Jamás tendré uno", pensé.
Windows XP era un exitazo, así que la mayoría de reproductores de música se jactaban de ser compatibles con el forma MP3 y con WMA.
Antes de irme del evento pasé por el stand de Palm. Recuerdo un prototipo de reloj creado en asocio con Fossil, una suerte de reloj inteligente, que corría el sistema de Palm OS 4.1.2., con pantalla táctil. Algun día serán un estándar, pensé.
Este año, luego de unos seis CES a cuestas, vuelvo, 12 años mas viejo, a este evento. Ahora son más de 150.000 visitantes de 150 países y más de 3.200 expositores. Es imposible recorrer todo el evento a conciencia. Portales como Verge, Mashable o Techcrunch llevan batallones de unas 50 personas cada uno para el cubrimiento.
Yo me lo sigo gozando. Y a la espera de que este año veamos algo realmente novedoso, un producto que irrumpa, que retumbe, que brinde la respuesta, por ejemplo, al futuro de la computación personal. Esa que ya tiene en claro que el PC muere este año.

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